Que sería de nuestras vidas sin los semáforos, aparatos presentes en todo el mundo, con una misma filosofía y pensamiento. Si uno está en Talca, París o Londres encontrará un elemento en común: el semáforo.
Siempre ha estado y estará presente en nuestras vidas. Pero en aquellas ciudades pequeñas donde no existe un gran flujo vehicular, y no se justifica la presencia de un semáforo, también encontramos su figura aunque de una forma menos presencial.
Ya sea jugando a los autitos en la plaza o más grande, cuando el padre le dice al adolescente “no, si el condoro que te mandaste es como si te hubieses pasado una luz roja”, el semáforo siempre está presente.
Por ese motivo es que queremos rendirle culto y crear esta hermandad del semáforo, una organización sin fines de lucro que tiene como único objetivo el valorar la importancia de aquel elemento que tiene una luz roja, otra amarilla y una verde.
Ya explicaremos porqué el semáforo es más que un mero regulador del tránsito.
1 comment:
Sinceramente Julito no cacho que la caja luminosa aquella de para una hermandad, me recuerda esa en que Homero Simpson participaba =P jajaja
pero sinceramente saber del blog, ya que en el de La Bailona no pude poner comentarios, me parece la rax.
Siempre ke Rodrigo Fuenzalida viene a darse una vuelta por el cibercafé ke atiendo en la noche, me baja la nostalgia, las ganas saber de akel mitico programa y esas voces inconfundibles.
un salu2 chicos del semaforo, y si hubiera ke hacer una hermandad bailonesca arrasariamos pk de verdad, somo hartos, en la capital y regiones.
un abrazo
buyo
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